En el mundo del Comercio Internacional, uno de los medios
de promoción de una empresa y de los productos que la misma ofrece son las
ferias comerciales.
Desde hace unos pocos años, a los medios tradicionales de
marketing y promoción de los que podemos disponer, se han unido con fuerza
Internet y las redes sociales. Estos no han venido en absoluto a sustituir a
los primeros, sino a complementarlos. Así, podemos afirmar que ahora contamos
con más herramientas de las que valernos a nivel empresarial. Y las ferias
comerciales a las que antes aludía siguen –y seguirán- siendo tremendamente
importantes en el comercio exterior. Sin ir más lejos, mientras escribo estas
líneas se celebra FITUR , feria del turismo, con más de 9.000 expositores de
todo el mundo.
En esas ferias son muchas las empresas que tiran la casa
por la ventana y, como se suele decir, echan el resto y no reparan en gastos.
Se trata de recibir a mis clientes, agasajarles, enseñarles mis novedades, y
mostrarnos a posibles nuevos clientes.
Muchas empresas francesas se apoyan en la imagen de
“glamour” que los franceses han construido alrededor de su Marca. Así,
independientemente de su exacta procedencia, en todos los stands de sus bodegas
de alguna manera se ven sus colores bleu-blanc-rouge,
y con el tiempo consiguen que todo el mundo hable de vino francés, así, en genérico, como signo de distinción. Y toda
Francia habla también de su vino.
Esto
es crear una Marca, y supone un espaldarazo monumental para las empresas, que aun sin nombre alguno, se aprovechan. -¿Qué
tal es Domaine de Marcoux? -Ni idea, pero es francés. –Ah, vale.
Que
el lector no me malinterprete: Por supuesto que se promociona y utiliza la
denominación local/regional. Burdeos, Borgoña, etc. En este caso, la Marca País
suma. Además de vino Bordeaux, es vino Francés. Y el bodeguero utiliza esas dos
características, esas dos armas como herramientas comerciales y de promoción.
Esto es un ejemplo de un producto
bien conocido por todos. Pero hagan ustedes un ejercicio mental y empiecen a
pensar en otros. En Italia son magníficos promocionando su Marca. Las etiquetas
de cualquier producto italiano están trufadas de banderitas italianas, como
distintivo de calidad. El aceite –cuya materia prima en muchos casos proviene
de España-, la pasta, el diseño automovilístico, incluso el prosciutto, bastante
peor (me parece a mi) que nuestro jamón, pero mundialmente conocido y, por
tanto, mucho más fácilmente vendido. Y así, ad infinitum.
En España tenemos grandes empresas
(y aquí me refiero a la calidad, no al tamaño), tenemos grandísimos empresarios
con talento y con muchísimas ganas de tirar del carro, de avanzar. ¿Y por qué a
veces se hace más difícil de lo que pudiera parecer? Pues por mil razones, y
una de ellas de muchísima importancia es la ausencia prácticamente total de
Marca España. Nosotros no vendemos vino español. Vendemos vino navarro,
vendemos Rioja, Rueda, Ribera del Duero o Somontano.
Sólo a nivel nacional se promueve, aunque poco, la Marca
España. A nivel autonómico o provincial, aun cuando se trate de una promoción
internacional, nuestros representantes se ponen el pin de la región de turno en
la solapa, los stands de las ferias se llenan de banderitas autonómicas y cada
uno, aun siendo muy legítimo, se lanza al ruedo con sus cosas. Y se olvida de
las cosas de todos, con lo que ello conlleva.
Don Carlos, tiene usted por delante
un trabajo dificilísimo. Leyendo su trayectoria profesional, está usted más que
cualificado para liderar un proyecto de semejante importancia y envergadura.
Pero va a tener usted que coger la maleta y explicar a nuestros gobernantes
autonómico-provincial-locales que esto no tiene nada que ver con la política,
que esto de verdad que nos ayudará a todos, y pasearse por España para hablar
con los representantes de cada pueblo y decirles que si queremos subirnos de
verdad al carro de la internacionalización, al menos promocionalmente hablando tendremos
que empezar a remar todos en la misma dirección. Y si no, imaginen ustedes más
ejemplos, véanse compitiendo pueblos contra países, Davides contra Goliaths, y
echen cuentas.